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¿Cómo elegir un colchón para el dolor de espalda?
El dolor de espalda a menudo se le llama "el mal del siglo". Se estima que en Francia, al menos el 85% de la población ya ha experimentado o experimentará dolor de espalda en algún momento. Ya sea en forma de dolor lumbar o cervical, es común que el dolor de espalda se manifieste al despertar o impida dormir. Esto se debe a que la posición acostada puede crear tensiones en la espalda. Por lo tanto, el colchón juega un papel crucial. En algunos casos, un mal colchón puede desencadenar el dolor de espalda, mientras que en otros casos, puede empeorarlo. Por el contrario, un buen colchón puede aliviar e incluso prevenir el dolor de espalda. Entonces, ¿cómo elegir un colchón? ¿Existe un colchón especial para el dolor de espalda? ¿Qué tipo de colchón es mejor para el dolor lumbar? ¿Deberías optar por un colchón de espuma o de muelles para el dolor de espalda?
Las causas del dolor de espalda pueden ser diversas:
Un traumatismo, desde un simple golpe hasta una fractura.
Una enfermedad, como una enfermedad inflamatoria o cáncer.
Movimientos repetitivos en deportes o en el trabajo.
Mala postura, común en trabajos sedentarios.
Falta de actividad física.
El estrés también suele estar relacionado con el dolor de espalda, ya que aumenta la tensión muscular y puede provocar inflamaciones. Es común que un episodio de ansiedad provoque lumbalgia.
A menudo, un colchón inadecuado también puede causar dolor de espalda. Pero, ¿cuándo se considera que un colchón es "malo"? En casos como:
Cuando un colchón es demasiado antiguo y ya no puede proporcionar comodidad adecuada debido a que se hunde.
Cuando un colchón no se adapta a su perfil específico.
Comment choisir son matelas à mémoire de forme ?
El peso de nuestro cuerpo no es uniforme; la cabeza o la pelvis son mucho más pesadas que el resto del cuerpo. En posición acostada, ejercen una presión más fuerte en el colchón, lo que se conoce como puntos de presión.
Si su colchón es demasiado suave, se hundirá en los puntos de presión, y la cabeza y las caderas se hundirán demasiado. Si el colchón es demasiado firme, su cabeza o pelvis serán empujados hacia arriba. En ambos casos, se alterará la alineación natural de su columna vertebral, lo que provocará tensiones. Estas tensiones a menudo son inmediatamente perceptibles y le impiden conciliar el sueño. Cuando no son perceptibles de inmediato, terminará durmiendo pero se despertará con rigidez o incluso un intenso dolor lumbar.
Además, al igual que ciertas posturas deben evitarse durante el día, hay posiciones que no son recomendables para dormir. Dormir boca abajo, por ejemplo, no es una de las mejores posiciones para dormir, ya que ejerce una fuerte presión en el cuello y la zona lumbar, lo que a menudo provoca dolor a largo plazo. Si no puede dormir de otra manera, es necesario usar un colchón firme y una almohada plana.
En resumen, un colchón adaptado a su morfología y sus hábitos de sueño es una de las claves para dormir bien y despertar con energía.
A menudo tendemos a pensar que los problemas de espalda están relacionados con la edad. Si bien el dolor de espalda es una de las principales afecciones discapacitantes en personas mayores de 60 años, como hemos visto, hay muchos factores que pueden contribuir al dolor de espalda, incluso a edades más tempranas.
Los niños pueden desarrollar problemas relacionados con el crecimiento o el hecho de llevar mochilas pesadas. Los adolescentes, cuyo crecimiento no ha terminado, pueden desarrollar malos hábitos posturales al estudiar o pasar demasiado tiempo inclinados sobre una pantalla, lo que puede contribuir al dolor de espalda. En otras palabras, nunca es demasiado temprano para elegir un buen colchón.
¿Cómo saber cuándo es hora de cambiar la ropa de cama?
Dado que el dolor de espalda puede tener diferentes causas, puede ser difícil determinar si es necesario o no cambiar el colchón. Si le resulta difícil encontrar una posición cómoda para dormir o si se despierta regularmente con dolor o rigidez, es evidente que su colchón actual ha cumplido su ciclo de vida o simplemente no es adecuado para usted. En algunos casos, los signos son más sutiles, pero las consecuencias para su espalda son igualmente reales: el relleno ya no es uniforme, se hunde más cuando se acuesta o el colchón ha perdido elasticidad.
La vida útil promedio de un colchón puede variar según el tipo: 2 a 10 años para colchones de espuma, 10 a 15 años para colchones de muelles, 14 a 15 años para colchones de látex.
Nunca se puede enfatizar lo suficiente: el mejor colchón es aquel que se adapta a sus necesidades, especialmente en casos de problemas de espalda. Al elegir un colchón y reducir el riesgo de dolor de espalda, debe tener en cuenta varios factores:
Su morfología, es decir, su altura y su peso.
La posición en la que duerme.
Si busca un colchón para aliviar un problema crónico de espalda, es esencial tener en cuenta un tercer criterio: el tipo de dolor que padece y su causa.
El colchón desempeña un papel esencial en la prevención y el alivio del dolor de espalda. Para elegirlo adecuadamente, debes tener en cuenta varios puntos:
Firmeza: El desafío aquí es elegir un colchón que no sea ni demasiado duro ni demasiado blando, que alivie los puntos de presión y promueva una alineación adecuada de la columna vertebral. El equilibrio y la moderación son esenciales al comprar un colchón nuevo. Los expertos afirman que en un colchón nuevo y adaptado a su perfil, las personas tienden a moverse menos y, por lo tanto, a disfrutar de un sueño más reparador.
Buena regulación de la temperatura: Un buen colchón debe tener una buena ventilación. La circulación de aire debe ser óptima para evitar que tenga demasi calor, ya sea en invierno o verano. El calor excesivo afecta la calidad de su sueño y puede hacerlo sudar, lo cual no es cómodo.
Comodidad: Incluso si opta por un colchón firme o semi-firme, su colchón debe proporcionar suavidad y comodidad. Puede elegir un colchón firme que ofrezca un acolchado suave y envolvente.
Tamaño adecuado del colchón: No importa si duerme solo o en pareja. Lo importante es elegir un colchón lo suficientemente grande para estar cómodo. Si se siente apretado en su colchón actual, opte por uno más grande. Para parejas, esto permite que cada uno tenga suficiente espacio.
Satisfacción personal: Este es uno de los puntos más importantes. Un colchón adaptado es un colchón en el que se siente bien y que espera con ansias cada noche.
Para evitar tensiones y rigidez, es esencial que pueda acostarse cómodamente sin tener que acurrucarse ni restringir sus movimientos. También es importante que pueda usar una almohada, incluso una almohada cuadrada, si lo prefiere. Se estima que para ofrecerle comodidad óptima, su colchón debe corresponder a su altura más 15 cm, lo que le permite estar cómodo y usar la almohada de su elección, incluso una almohada cuadrada. Si mide 160 cm, un colchón de 140x190 cm es adecuado. Si mide 180 cm, en cambio, es necesario optar por un colchón de 140x200 cm. Técnicamente, el colchón de 140x200 cm se considera una cama de dos plazas. Sin embargo, si sufre de dolor de espalda y duerme en pareja, es recomendable optar por un colchón de 160x200 cm.
Es la densidad de un colchón la que determina su nivel de firmeza. A menudo se escucha que un colchón firme es bueno para el dolor de espalda, ¡pero no siempre es así! Un colchón para el dolor de espalda, como la ciática, debe proporcionar un soporte lo suficientemente firme para mantener la columna vertebral alineada, al tiempo que alivia los puntos de presión. Un colchón de muelles ensacados y espuma viscoelástica es una opción adecuada. Si padece artrosis en la espalda o las cervicales, es mejor optar por un modelo más suave, como un colchón de espuma viscoelástica. Nunca dude en pedir consejo a su fisioterapeuta u osteópata para determinar lo que es mejor para usted.
Principalmente, existen 3 tipos de colchones:
En casos de problemas de espalda, es imprescindible contar con una tecnología adicional: la espuma viscoelástica o espuma de memoria. Esta espuma reacciona al calor corporal, moldeándose para ajustarse perfectamente a la forma de su cuerpo y brindar un soporte personalizado. Aunque comúnmente se habla de "colchón de espuma con memoria", esta espuma rara vez se utiliza sola, excepto en el caso de algunos colchones toppers (sobrecolchones). Por lo general, se combina con otra tecnología, como espuma, muelles o látex. La combinación de látex o muelles ensacados permite tener un colchón con un soporte firme y una sensación de confort suave, lo que es una combinación perfecta para muchos problemas de espalda.
El grosor del colchón juega un papel importante en el alivio del dolor de espalda, ya que está relacionado con el relleno del colchón. En general, cuanto mejor sea la calidad del relleno, más cómodo será el colchón. El grosor de los colchones estándar oscila entre 14 y 18 cm. Si sufre de dolor de espalda, se recomienda optar por un colchón más grueso, como uno de 25 a 30 cm de grosor.
Los colchones de alta calidad de última generación ahora están equipados con 3 a 7 zonas de confort, un concepto que a menudo no es muy claro. Sin embargo, en casos de problemas de espalda, esta tecnología puede revolucionar sus noches.
Como se mencionó anteriormente, el peso de su cuerpo no es uniforme, y algunas partes ejercen una presión significativa en el colchón. Estos puntos de presión suelen ser:
Un colchón con diferentes zonas de confort tiene un soporte que varía significativamente para brindar un soporte altamente específico en estas áreas.
Se distinguen:
Elegir un buen colchón para el dolor de espalda es importante, pero aprovechar al máximo su elección es aún mejor. Para mantener sus cualidades intactas, su colchón, sea cual sea, necesita una buena ventilación. Una circulación óptima del aire es fundamental para eliminar la humedad causada por el sudor, que es el principal enemigo de un colchón. Los somieres de láminas y los somieres de muelles favorecen una ventilación óptima. Por otro lado, se desaconseja el somier tapizado. El tipo de somier es fundamental al elegir un colchón para el dolor de espalda: el somier de láminas es compatible con los colchones de espuma o látex, y se recomienda combinar el colchón de muelles ensacados con un somier de muelles.
Si acaba de comprar su colchón o tiene un presupuesto limitado, puede optar por un sobrecolchón de espuma viscoelástica. Esta es una excelente alternativa para aquellos con presupuestos más ajustados o que han comprado un colchón que no es lo suficientemente cómodo. También se recomienda especialmente como complemento para el colchón en caso de artrosis.
Alivia los puntos de presión y previene el dolor de espalda.
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No notarás los movimientos de la otra persona. Aporta calma a tus noches.
Como ha entendido, para aliviar el dolor de espalda, es fundamental favorecer la alineación natural de la columna vertebral y las cervicales durante la noche. Sin embargo, incluso el mejor colchón no puede garantizar este resultado si no tiene una buena almohada.
Si tiene problemas específicos en las cervicales, puede optar por una almohada ergonómica. Sin embargo, su forma muy particular no es adecuada para todos, y a pesar de sus cualidades, algunas personas no se adaptan a ella. La almohada de espuma viscoelástica es una alternativa perfecta y se adapta más ampliamente a todo tipo de problemas de espalda.
Para elegir su almohada, tenga en cuenta su posición de sueño preferida:
Dormir boca arriba favorece la relajación muscular, lo que puede provocar ronquidos. Por lo tanto, elija un modelo lo suficientemente firme para que su cabeza no se incline demasiado hacia atrás.
Dormir de lado crea un espacio entre la cabeza y el colchón. Debe elegir una almohada lo suficientemente gruesa para llenar ese espacio.
Dormir boca abajo implica girar la cabeza hacia un lado para respirar. En este caso, se recomienda una almohada plana o incluso ninguna almohada.
Un ser humano pasa en promedio el 40% de su tiempo durmiendo. Por lo tanto, es esencial que su colchón, donde pasa más de un tercio de su tiempo, se adapte a sus necesidades y se sienta muy bien, sin tensiones ni dolor. Un colchón inadecuado para su morfología o demasiado antiguo puede provocar o empeorar el dolor de espalda. Por otro lado, un colchón perfectamente adaptado a sus necesidades ayuda a prevenir el dolor y aliviar los problemas de espalda relacionados con una patología.
Sin embargo, dormir bien no depende solo del colchón. También es esencial tener una buena almohada, que debe seleccionarse con cuidado, ya que no es un accesorio menor.
Además de dormir en un colchón que se adapte a sus necesidades y tener una buena almohada, hay algunas pautas que pueden ayudar a reducir el riesgo de dolor de espalda:
El deporte previene el dolor de espalda mientras que el sedentarismo lo favorece. Desarrollar la musculatura es importante. Tiene muchas opciones: caminar, nadar, hacer ejercicios físicos, levantar pesas (suavemente para fortalecer la espalda)... No dude en trabajar en su flexibilidad, es aún mejor. ¿Por qué no intentar el yoga? Asegúrese de calentarse siempre al comienzo de cada sesión y estirarse al final.
El trabajo en la respiración, la meditación guiada, la aromaterapia o la sofrología, existen muchas prácticas suaves y naturales para gestionar la ansiedad.
En la cama y en el trabajo, adopte las posturas adecuadas todos los días. No dude en consultar a su fisioterapeuta u osteópata.
Idealmente, debe estar alrededor de 18/19 grados Celsius. No más de 21 grados en cualquier caso. Si la habitación está demasiado caliente, fría o incluso húmeda, puede favorecer el dolor de espalda.
El sobrepeso es un factor de riesgo en términos de dolor de espalda. Esto suele deberse a la cintura: con los músculos debilitados, la columna vertebral está menos apoyada, lo que afecta las vértebras y favorece la compresión de los discos. Perder unos kilos puede ser beneficioso en caso de dolor de espalda.
Si las molestias en la espalda son graves, consulte a su médico de cabecera lo antes posible para que pueda realizar un diagnóstico y, si es necesario, proponer un tratamiento adecuado.